Con una altura de 1.210 metros sobre el nivel del mar se Alza el pico de La Concha, unos de los bastiones más importantes de la Sierra Blanca, que situada entre la línea costa y la cercana Sierra de las Nieves, nos defiende de los inclementes y fríos vientos del Norte. Siendo un factor determinante para la existencia de un micro clima que es la envida del mundo entero.
La ruta comienza en la zona Norte de Marbella, en la última calle de la Urbanización Sierra Blanca, sobre los llanos de Nagüeles, donde los pinos han sido esquilmados y sustituidos por mansiones de lujo. Concretamente en la calle Vivaldi. Se entra por el lateral de un depósito de regulación de agua potable, paralelos a una valla hasta que nos internamos en el pinar hacia el Norte. Al poco hay que desviarse a oeste para cruzar la conducción del gas y posteriormente bajar al cauce del arroyo de las Piedras, cruzarlo para subir al camino que lleva a las minas de Buenavista, dejando el arroyo siempre a nuestra derecha.
Una vez en las inmediaciones de la mina nos encontramos con las ruinas de antiguas edificaciones
y los restos de un impresionante horno para la fundición del plomo procedente de las minas.
A medida que avanzamos vamos ganando altura y siempre caminado por el cauce del arroyo sobre cantos rodados. Un autopista comparado con el panorama que nos encontraremos más adelante.
Tras tomar una de las cañadas del arroyo, siempre a la derecha, pasamos por un tramo bastante encajonado, que una vez superado nos coloca en un terreno mucho más abierto pero muy pendiente.
Este es el terreno con el que nos tendremos que enfrentar hasta llegar a la cima, una autentica pesadilla de piedras, salpicada por alguna isla de vegetación, con lentiscos y algarrobos, que nos servirán de apoyo y nos darán sombra en los descansos.
y los restos de un impresionante horno para la fundición del plomo procedente de las minas.
Cuando nos referimos al Arroyo de las Piedras, hay que decir que de arroyo tiene realmente poco y de piedras mucho. Solo encantaremos agua en un tramo de unos treinta metros, desde el nacimiento de agua que cae sobre una de las bocas de la Mina de Buenavista has unas decenas de metros más abajo, donde el agua se filtra en el mismo cauce.
A partir de este punto hay que seguir por le cauce del arroyo hasta que nos entramos con un salto de agua (Sin agua), que no obliga a superar el desnivel por un sendero por la izquierda del arroyo que nos lleva unos cientos de metros mas adelante de vuelta al cauce del arroyo, que ya no abandonaremos hasta el final de la subida. A medida que avanzamos vamos ganando altura y siempre caminado por el cauce del arroyo sobre cantos rodados. Un autopista comparado con el panorama que nos encontraremos más adelante.
Tras tomar una de las cañadas del arroyo, siempre a la derecha, pasamos por un tramo bastante encajonado, que una vez superado nos coloca en un terreno mucho más abierto pero muy pendiente.
Este es el terreno con el que nos tendremos que enfrentar hasta llegar a la cima, una autentica pesadilla de piedras, salpicada por alguna isla de vegetación, con lentiscos y algarrobos, que nos servirán de apoyo y nos darán sombra en los descansos.
El "camino" a seguir se ve claro, siempre hacia arriba, usando piernas y manos, procurando pisar sobre la piedras de mayor tamaño, ayudarse de la vegetación y procurar ir siempre por el lado derecho.
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La fuerte pendiente y lo suelto del terreno hace que muchas piedras rueden hacia abajo estrepitosamente al apoyarnos sobre ellas, por lo que hay que guardar una distancia de seguridad con el compañero de adelante o subir en paralelo, si no se hace esto te puedes llevar una buena pedrada en los tobillos.
La subida se hace agotadora, la pendiente es brutal y se hace muy difícil avanzar. Para colmo el choque de las piedras deja en el ambiente un peculiar olor a huevos podridos, que le da más merito a la ascensión.
Después de superar 600 metros de desnivel se termina el calvario de la piedras, la vegetación se hace mas abundante y una sabinas nos indican que llegamos al collado, a 1.197 metros de altitud. Estamos a medio camino entre la Concha y el Cerro Lastonar, que con 1.275 metros es la cota más alta de toda Sierra Blanca. La parte más dura esta superada. Ya tenemos una perspectiva más amplia de Marbella.
Mirando al Norte tenemos una preciosa vista de lo que hay al otro lado. Lo espectacular de la vista hace que la fatiga se disipe y cobre sentido lo duro de la subida.
Una vez en el collado, a mitad de camino entre la Concha y el Lastonar, solo nos queda unos 20 minutos de cresteo hasta llegar a la cima.
por el camino vamos teniendo una mejor perspectiva de nuestras sierras y del Pantano de la Concepción.
Una vez en la cumbre tenemos una envidiable vista de Marbella.
En día más claros es posible ver Gibraltar y la vecina África.
Desde esta altura tenemos una impresionante vista de las distintas sierras, todas surcadas por caminos y casi ninguno nos es desconocido. Podemos ver Montemayor, en Benahavis, la pelada Sierra de las Apretaderas, donde después de visitar a Pedro Matulo nos enlaza con el Carril del Castaño Santo, detrás la Sierra Palmitera con el Daidín, El Cerro del Duque y el Plaza de Armas y entre ellos el Puerto de la Refriega. El carril que une el Meliche con el Istán rodeando el Pantano y encima de este el carril que rodea el Plaza de Armas. El monte de al Albornoque y el Puerto de la Golondrinas. Al fondo, en plena sierra de las nieves, nuestro coloso el Torrecilla con restos de Nieve en su cumbre y entre este y la Sierra Real, no lo vemos pero intuimos en Nacimiento de Río Verde.
Mil y una aventuras y más que habrán de venir condensadas en una sola foto.
Mil y una aventuras y más que habrán de venir condensadas en una sola foto.
Mirando al Este podemos, muy cerca La Cruz de Juanar y el sendero que une este pico con la Concha. Al fondo la Sierra de Mijas, delante de ella la Sierra de la Alpujata, con nuestra conocidas antenas y entre esta y Juanar la arista de la Loma Pierna de Caballo.
Una vez repuestas las fuerzas, solo queda volver por el mismo camino. Tarea nada fácil. El fuerte desnivel y las piedras también juegan en contra en la bajada. Se seguro que al llegar abajo ni tus piernas, tobillos ni culo volverán a ser los mismos.
Una vez repuestas las fuerzas, solo queda volver por el mismo camino. Tarea nada fácil. El fuerte desnivel y las piedras también juegan en contra en la bajada. Se seguro que al llegar abajo ni tus piernas, tobillos ni culo volverán a ser los mismos.
Os dejamos un vídeo con una de las técnicas de bajada. Bajar arrastrando el trasero es otra forma menos “digna” pero igual de efectiva para llegar abajo.
Aquí me gustaría ver a Mariano Saltabalates, seguro que dice que ciclable
Bajate el archivo para GoogleEarth.
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1 comentario:
Muy buena crónica, LLanero. Felicidades por el trabajo bien hecho!
Anda que avisas para subir, kachoperro!!!
Por cierto, ya puedes abrir una sección para "nuestras rutas a pie"
Nos vemos mañana, veretón, pero esta vez no en la verea, sino en la mesa! jajaja
JC
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