Istán

Sin un rumbo fijo pero con la premisa en el subconsciente de : “el asesino siempre vuelve al lugar del crimen”, el Domingo por la tarde, y haciendo honor a la mitad de mi inmerecido apodo, me lancé carretera de Istán arriba. La idea era como la del arquitecto que culmina la obra de un rascacielos y decide echarle una mirada, pero esta vez desde otra perspectiva, desde abajo.

La carretera de Istán puede considerarse una ruta habitual y clásica para que cualquiera que practique con la bicicleta, y en toda la subida, como telón de fondo, aparece la mole peridotítica de la Sierra Real. Desde esta perspectiva la Sierra aparece atravesada por dos carriles, uno a media altura, que rodea la cabecera del pantano y nos lleva al carril del Castaño Santo, y otro a mucha más altura ( entre 900 y 1000 metros), que rodea el pico de Plaza de Armas.

Una vez llegado al nacimiento del Rio Molinos continué por la pista que conduce a Monda, para desviarme a la izquierda y tomar la bajada hacia Rio Verde, y desviarme nuevamente a la izquierda en dirección al pueblo. Las indicaciones son la Ruta 6 de los hitos puestos para los senderistas.

Acompañado por el rumor de Río Verde, que se abre camino por lo tortuoso de la Sierra, cambiamos el pinar por la zona de huertos, donde naranjos y aguacates nos advierten de la cercanía del pueblo.

Como en Cuenca, podemos ver casas colgantes.

Este fantástico arco natural nos da la bienvenida.

Un paisano me indico que se llamaba el carril de La Gallega. Desde allí se sale al pueblo por la calle empredada, atravesamos la plaza y nos adentramos en el pueblo para subir al Mirador de las Errizas, donde nos espera una espectacular vista del Embalse de la Concepción.

En fin, una bonita ruta por los alrededores de Istán para disfrutar de la Naturaleza y de magnificas estampas campestres.

Bajate el archivo para Google Earth.

Por cierto, como colofón a la espantada de final de etapa del Plaza de Armas, yo fui testigo, y os cuento lo que paso:

Una primera llamada a JCarlos diciéndole que había magro con tomate, con lo que el ritmo se avivó un poco.

Una segunda llamada diciéndole que aligerara, que había llegado su cuñado y que se estaba poniendo morao.

En ese momento le cambio la cara y comenzo a bajar como un poseso, el resto de la historia ya la conoceis.